La ciencia sabe mucho, hemos conseguido explorar los rincones más lejanos de nuestro sistema solar, hemos alcanzado las cimas de las montañas más altas y hemos explorados los profundos océanos, pero no lo sabemos todo. Todavía hay, por lo menos, algún misterio que todavía estamos tratando de resolver. ¿Se imagina cuál es? Exacto, nosotros. O más exactamente, todo el mundo. Teniendo en cuenta que pasamos toda nuestra vida en un cálido cuerpo humano, se podría pensar que deberíamos saberlo todo sobre él, pero por desgracia, no es así.